La reproducción es necesaria para la continuidad de la especie, pero tener hijos es mucho más que sólo eso y, aunque a muchos no se lo parezca, es una gran responsabilidad.
Por un lado, hay gente que considera la educación en el hogar (ya sea parcial o total), es decir sin asistir a clases, como la mejor, y es cierto que hasta cierta edad (primaria) puede ser ideal, pues es más fácil decidir qué y cómo enseñar a tus hijos y además, en una sociedad tan ocupada como la nuestra, brinda la oportunidad de compartir más tiempo juntos. Además, evita que otros infantes puedan tratarles mal o enseñarles malas actitudes.
Por otro lado, sin embargo, esto puede causar el aislamiento del niño, pues los humanos somos seres sociales y aunque tenga hermanos, es beneficioso que socialice con otros niños de su edad y aprenda desde pequeño habilidades sociales, juegos en grupo y empatía. No obstante, siempre manteniendo un equilibro entre el hogar y el exterior, no hay que ser sobreprotectores pero tampoco dejar que los hijos se desconecten por completo de la familia, pues son sólo eso, niños, que necesitan cuidados, cariño y atención.
En conclusión, sea o no lo más óptimo, la gente tiende a escoger el método convencional, educar en escuelas, desde guarderías o infantil. Lo ideal es intentar pasar el mayor tiempo posible junto al pequeño, manteniendo un equilibrio adecuado a la edad, pues el tiempo pasa rápido, pero los niños son sólo eso, niños, no hay que agobiarles, pero sí hacerles saber que estaremos ahí cuando lo necesiten, incluso si ellos creen que no.