A día de hoy, el dinero hace más falta que nunca, ya que la inflación y los problemas globales han afectado muy negativamente a la población y esta hace cualquier cosa por beneficiarse económicamente, hasta llegar al punto de publicar en redes sociales y otros medios información dada en confianza por personas cercanas, pero ¿es esto realmente algo ético?.
Por un lado, es verdad que hay gente con necesidad económica por lo que sería comprensible que hicieran algún tipo de movimiento solo por dinero (supervivencia), pero lo que realmente no está bien es aprovecharse de los demás sentimentalmente, mostrando intimidades de uno solo por un beneficio propio y un poco de publicidad. Por ejemplo, escribir un relato sobre un familiar tuyo que haya fallecido o algo que le pase a alguien cercano a ti, vendiendo literalmente su intimidad a un público que es totalmente desconocido para el afectado, puede resultar un acto un poco mezquino y deshonesto, ya que que el afectado podría sentirse totalmente desprotegido al saber que gente, que no conoce, sabe cosas de su intimidad.
Por otro lado, si esa intimidad es tuya y no incluye a nadie más no veo por qué no se puede publicar abiertamente. Cada cual es responsable de lo que hace y si el que publica ve como algo bueno exponer su vida íntima, pues no considero que estuviera mal ya que es algo consciente. Por ejemplo, redactar sobre una enfermedad que has tenido o experiencias negativas que hayas vivido tú solo, sin incluir a nadie más, pues quizás puede resultar beneficioso para otras personas. Ahora sí, siempre contando la verdad, bajo ninguna circunstancia sería lícito contar una falacia, pues se estaría jugando con una información falsa y, en cierto modo, se está manipulando emocionalmente al lector.
En conclusión, la venta de intimidad en las redes sociales será ética y honesta siempre que no involucres a terceros y lo que cuentes sobre tu vida personal, no sea una falsa. Si eres honesto contigo mismo y con los demás, veo decente que puedas ganar dinero con tu privacidad.
Realizado por César Alarcón, de 2º Bachillerato C
