Los libros de memorias se hacen para dejar testimonio de lo ocurrido durante una determinada época, desde una perspectiva subjetiva y, por tanto, se suelen incluir intimidades, al tratarse de memorias como tal. Generalmente, cuando se publica un libro, el objetivo, además de dejar rastro de las anécdotas que le ocurren al autor o a un tercero, es también generar ganancias. Pero, ¿dónde están los límites de la ética en esa venta de la vida privada?
Existen dos opciones: que las memorias sean del autor o de un tercero. En caso de ser memorias del autor, no habría problema con querer generar ganancias a través del relato de sus vivencias, ya que es él quien redacta libremente la novela. Por ejemplo, a raíz de la dictadura de Franco, surgieron múltiples novelas que relataban las vivencias y las costumbres de esta época. Un claro ejemplo es la obra El cuarto de atrás, en la que Carmen Martín Gaite narra sus vivencias, lo que aconteció en su vida, haciéndolo voluntariamente y consciente de ello. En este caso, creo que no habría problema ético alguno, ya que con la publicación de esa novela, la autora buscaba generar ganancias, hacer negocio de sus propias anécdotas, además de dejar constancia de su vida personal y de todo lo que vivió.
Sin embargo, el problema viene cuando se trata de las intimidades de un tercero, sin haber solicitado su permiso para dicha actividad, entonces se trataría de una intrusión en la vida privada de alguien. Aquí estaríamos hablando de generar ganancias a costa de transmitir las intimidades de una persona, sin que esta haya dado su consentimiento, hecho que, desde mi punto de vista, no es en absoluto nada ético. Sería lo mismo que si publicásemos fotos íntimas de alguien, sin su autorización, en una aplicación, como, por ejemplo, en Onlyfans. En este caso, igualmente, estaríamos generando ganancias a raíz de la exposición pública de la faceta privada de alguien. Creo que las consecuencias de la venta de las intimidades, plasmadas tanto en la literatura como en las fotografías son las mismas: humillación y difamación, hecho que se considera delito dada la poca eticidad del mismo.
En definitiva, lo honesto de la publicación de un libro con acontecimientos de la vida privada de alguien, depende de si el autor tiene o no permiso para dicha difusión. Si son acontecimientos de la propia vida del autor o de alguien que haya dado su consentimiento, será totalmente moral, sin embargo, sin dicha autorización, podríamos causar mucho daño y sufrimiento. Creo que no se debe consentir que alguien obtenga dinero a costa de vender lo más privado que tiene el ser humano: su intimidad.
Realizado por Marwa Laanayat Fellak, de 2º Bachillerato C
