Hoy en día, todos sabemos que el amor no solo es un sentimiento, sino que este, es una forma de ver la vida, pues en él está incluido la forma de afrontar nuestros problemas, la forma de querer, y sobre todo, la forma de vivir.
Por un lado, es evidente que a lo largo de la vida, hay muchos tipos de amores, tanto el amor de amistad, como el familiar, el de pareja, el amor propio y mil tipos de amor más. Si nos centramos en el amor de pareja, observamos como cada relación es completamente distinta. Un claro ejemplo es el caso en el que dos personas con una gran diferencia de edad se enamoran perdidamente y hacen lo posible para estar juntos o el caso en el que dos personas por circunstancias de la vida se encuentran en dos lugares del planeta y aún así, luchan para no separarse, observando que cada uno tienes unas circunstancias y unas etapas distintas y aún así, estos tienen en común que están “enamorados”.
Por otro lado, el amor es algo que no se destruye fácilmente y si lo cuidamos y nos esforzamos en mantenerlo, este no desaparece, sino que es capaz de superar cualquier factor externo como el paso del tiempo, la diferencia de edad, la distancia… Un claro ejemplo es la pareja de ancianos o nuestros propios abuelos, a los cuales le preguntamos si siguen enamorados y estos nos responden que sí, explicándonos como a pesar de las peleas o desacuerdos, estos han estado trabajado y luchado por empatizar, entenderse y quererse. Como se han aceptado y han esperado sus tiempos, mostrando así, como cada pareja, a pesar de su particularidad, ha ganado la batalla que la vida les ha ido imponiendo.
En conclusión, el amor si puede superar cualquier factor externo como el paso del tiempo o la diferencia de edad, pues aunque depende mucho del momento de vida en el que una persona se encuentre, si dos personas se quieren, se aman y se respetan, no importa tiempo, lugar, modo o excusa que estos van a hacer lo posible para poder terminar juntos.