Hoy en día, se considera a las personas que viajan «disfrutones de la vida´´, debido a que la gente que no viaja solo piensan en que dicha acción (viajar) solo te permite desconectar de tu vida, para así evadirte de tus problemas y, simplemente, no hacer nada en el momento que realizas dicho viaje, sin sacarle ningún otro provecho. Sin embargo, ¿son estas creencias ciertas o los que no han viajado nunca están confundidos?
En concreto, viajar te permite no solo desconectar de tu vida diaria, sino también, te propone ver el mundo de un modo distinto, es decir, de conocer a otras personas, sus vidas, y de poder ponerte en la situación de esos otros. Cuando te encuentras en un lugar distinto al tuyo con una nueva gastronomía, cultura, idiomas… y un sinfín de cosas más, te permites ver el mundo con otros ojos y abrirte a nuevos conceptos aun inexplorados. Así, por ejemplo, si viajas a algún país subdesarrollado como es Nigeria, podrás ser más empática con los niños pequeños del país, ya que, la mayoría están obligados a trabajar debido a las necesidades tan grandes que poseen es sus vidas: falta de agua, alimento, es decir, suministros vitales. En estos casos, creo que el viajar y ver este mundo te permite apreciar la importancia de las verdaderas cosas que son necesarias en la vida, y la lucha diaria de los pueblos para poder satisfacer las necesidades más básicas y ante esto, se te abrirá una nueva visión de la vida.
Por otro lado, viajar te permite ponerte en situaciones de la vida en las que nunca antes habías estado y eso te abrirá nuevos retos, que tendrás que superar, por lo que, con estas situaciones, aprenderás a saber organizar y resolver problemas diarios. Esto, por ejemplo, puede ocurrir cuando visitas un país con idioma distinto al tuyo y tú al no conocerlo, tienes que tener la picardía necesaria para poder desenvolverte, es decir, utilizar gestos y creatividad lingüística para poder comunicarte correctamente. Esto te aporta, como persona, un crecimiento personal increíble y hace que tengas la mentalidad abierta ante la adversidad. En conclusión, desde mi punto de vista, las personas que viajan tienen mayor sabiduría, riqueza, razonamiento en su vida, pues se enfrentan, en sus aventuras, a todo tipo de adversidades ya sea idiomas, frustración, ansiedad… que tienen que resolver en el momento. Mientras que, aquellas personas, que no exploran la ilusión de un viaje, se están privando de un verdadero placer de la vida: ‘el descubrir el mundo’. Ya no lo decía nuestro admirado Enrique Jardiel Poncela. «Viajar es imprescindible y la sed de viaje, un síntoma neto de inteligencia».
Realizado por Saray Rodríguez, de 2º de Bachillerato C